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jueves, 4 de febrero de 2010

Universos paralelos, la broma de Dios


Para una persona que cree piamente en la soberanía de Dios, asumir que algo sucedió por un error, por un acaso o coincidencia, no solo sería contradictorio a todo lo que cree, sino que sería incongruente con las palabras de las Sagradas Escrituras y con su belleza de manifestar a Dios como soberano del universo.

Pero cuando nos deparamos con situaciones que son incomprensibles a nuestra razón, a nuestra lógica, al rumbo natural que, según nuestra concepción deben seguir los hechos, surgen los cuestionamientos que a nada nos llevarán sino a especulaciones.


Entonces, ¿Qué hacer o qué pensar en estas situaciones donde el actuar de Dios se torna tan incomprensible?. Es necesario aferrarse a nuestras creencias e a lo que la Biblia afirma. Sin embargo, no podemos ser fatalistas y pesimistas.


El hecho de que las cosas no sucedan de la forma que esperamos no quiere decir que todo es el final. Por lo tanto, el optimismo me lleva a pensar en un Dios que hace las cosas sin que nosotros comprendamos para sorprendernos en el futuro. ¡Esa es una broma!, una broma que usted no entiende, que no encuentra ninguna gracia en ella, que necesita que sea explicada por el orador. Pero el orador esta riéndose y disfrutando tanto de ella, que todavía no puede contarnos la gracia y el sentido.


Un día reiremos también y encontraremos mucha gracia y sentido en la broma. Cuando los universos dejen de ser tan solamente paralelos y sean también unidos al final de la recta.


Comprenderemos la broma cuando haya otro big-bag y los universos se intercepten o se separen para siempre, pero cuando eso todavía no suceda, debemos estar atentos a nuestro Creador, para que en algún momento nos cuente la gracia y sentido de la broma.


Por nada deseo presentar a Dios como un ser que disfruta de nuestro sufrimiento e incertidumbre de la vida, más a un Dios que hace cosas incomprensibles que de nuestra perspectiva puede ser un gran drama, pero que al final lo enfrentaremos y concluiremos como una gran broma, una cosa que tenia explicación, gracia, sentido.


Solo entonces podremos reír con derecho propio. Ahora solo nos resta reír de los que Él se ríe, pues sabemos que el que cuenta la broma es bueno en eso y sabemos también que habrá un final feliz que talvés nos sorprenda, o talvés ya habíamos supuesto; pero al final todo será contado.


Yo me encuentro en un universo paralelo al de otro. Talvés nunca haya otro big-bang, talvés si…pero es una broma. Confiamos en la excelencia del Orador.



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